¿Mi pareja es celosa? Esto es lo que puedes hacer

Cuando hablamos de “celos”, nos referimos al miedo de que nuestra pareja nos engañe o nos sustituya por otra persona.  Y es aquí donde a veces los celos inician de forma inofensiva, con pequeños gestos, comentarios… que a primera vista parecen inofensivos e incluso “cariñosos” pero que poco a poco van haciéndose más molestos, dolorosos o limitantes para ambas partes.

Cuidar de la relación que se inició o mantenerla, no implica controlar, vigilar. Interrogar o hasta hostigar a la pareja. Estar con alguien, es aprender a comunicarnos y a hablar claro, tener gestos de atención y cariño, valorar y expresar qué es lo que nos gusta de la otra persona, identificar aquellas dificultades en nuestra relación que podamos mejorar juntos. Y es que llevando a cabo todos estos consejos, podemos tener una relación más sana y así conseguir que la otra persona esté feliz a nuestro lado y no se plantee otras alternativas.

Pero, ¿cómo actuar ante los celos de mi pareja?

Ponerse en el lugar del otro

Recuerda e identifica aquellas circunstancias que pueden haber hecho sentir inseguro o le haya causado algún sufrimiento a tu pareja, como por ejemplo una infidelidad anterior. Si fuera este el caso, lo mejor es poder encontrar un momento tranquilo donde poder hablar abiertamente del tema, para poder entender mejor los motivos del miedo de la otra persona y así poder transmitir el cariño y la seguridad que está necesitando. 

Hablar claro las condiciones de las relaciones

En vez de confiar en que ambos están en la misma página, es mejor poner sobre la mesa todas las expectativas e ideas que puedan tener. ¿Qué consideran una infidelidad? ¿Qué esperan de la otra persona? ¿Tienen una relación abierta o cerrada? A veces evitamos estos temas porque no queremos oír la respuesta o fingimos que estamos contentos con un tipo de relación cuando realmente no es así.

Respetar los compromisos y acuerdos

Si ante todo, conozco los miedos de mi pareja y aun así falto a la relación, lo único que se está haciendo es confirmar lo que la otra persona temía.  Es por ello que si un día se decide que ya no se está a gusto con los compromisos que se habían quedado, es mejor hablarlo de forma sincera, para no cambiar las rejas del juego a espaldas de la pareja.

No ceder ante la presión

Tu pareja tendrá que aprender a tolerar esa incertidumbre y a confiar en ti cuando no existen garantías. La mejor forma de ayudarla es seguir haciendo tu vida para que se enfrente a sus inseguridades y aprenda a tolerarlas.